Carlos López Plana -e-mail
Manel López Béjar -e-mail
Departament de Sanitat i dAnatomia Animals
Facultat de Veterinària
Universitat Autònoma de Barcelona
Copyright ©: Carlos López Plana, Manel López Béjar
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INTRODUCCIÓN
La enseñanza y el aprendizaje de la Anatomía Veterinaria se enfrentan en la actualidad a diversos problemas. Entre ellos cabe destacar la disminución de las horas destinadas a la enseñanza de la Anatomía en los últimos planes de estudios. O también el hecho de que las prácticas de disección que llevan a cabo los estudiantes, pese a sus indudables propiedades formativas, presenten también desventajas. Por ejemplo, dado el carácter conservador de las propias prácticas, muchas estructuras de importancia quedan enmascaradas, o bien falta el detalle y la calidad necesarios en la disección por la lógica inexperiencia de los alumnos.
También es patente, por otra parte, que hay una tendencia al cambio en la filosofía educativa de los nuevos planes de estudios, donde el tradicional papel del profesor de actuar como un mero transmisor de los contenidos de la asignatura se modifica para dar paso a una figura que actúa como conductor en el proceso de aprendizaje. La pérdida de importancia de la enseñanza presencial, que concede un papel fundamentalmente pasivo al estudiante, es evidente en beneficio de métodos docentes que priman la actitud activa del alumno.
Este Atlas de los músculos del cuello, del tronco y de la cola del perro es la continuación del dedicado a los músculos de las extremidades y publicado hace ya dos años (Músculos de los miembros del perro. Atlas virtual). La idea de elaborar el material que presentamos surge de la necesidad de buscar métodos docentes alternativos a los problemas planteados y pone a disposición del alumno una herramienta de aprendizaje en soporte digital que se puede consultar desde un ordenador. También pretendemos conseguir, por lo que respecta al aprendizaje de la Anatomía Veterinaria, una reducción en la dependencia de la enseñanza presencial mediante una actuación de soporte no presencial. El Atlas incluye algo más de un centenar de imágenes que, a través de un conjunto de disecciones progresivas, desde los planos más superficiales a los más profundos de las diferentes regiones, pretenden mejorar el conocimiento que el alumno tiene de los músculos de las regiones axiales del perro en particular y del aparato locomotor en general. Por supuesto que no pretendemos sustituir las clases, ni alejar al estudiante de la disección, sino simplemente proporcionar un método complementario de aprendizaje que amplíe los conocimientos y que sirva como recordatorio de lo visto en el aula y en la Sala de disección.
El Atlas se ha elaborado siguiendo un criterio fundamentalmente sistemático, que creemos es el más adecuado para los estudiantes de primer curso de la Licenciatura de Veterinaria. Introducimos también algunas imágenes obtenidas de secciones transversales del cuello y del tronco a diferentes niveles, con la intención de que faciliten la adquisición, por parte del alumno, de un concepto tridimensional de la estructura.
Todas las disecciones que se presentan se han realizado en piezas procedentes de cadáveres fijados mediante una solución de formaldehído. Ningún animal se sacrificó con el propósito de ser utilizado en la preparación de esta obra. La terminología utilizada sigue, por lo general, las propuestas de la obra "Nomenclatura anatómica veterinaria ilustrada" (1996), que recoge las últimas modificaciones incluidas en la 4ª edición de la Nomina Anatomica Veterinaria (1994).
No queremos concluir esta Introducción sin expresar nuestro más sincero agradecimiento al Dr. Joaquim Castellà, profesor de la Unitat Docent de Parasitologia i Malalties Parasitàries de nuestra Facultat de Veterinària, por sus ánimos constantes para que este proyecto llegara a buen fin, por introducirnos en los entresijos de la manipulación digital de imágenes y en el manejo del programa Adobe Acrobat y por su total disposición siempre que lo hemos necesitado.
Esperamos que este Atlas sea útil, no sólo al estudiante de Anatomía Veterinaria, a quien está principalmente dirigido, sino también a cualquier otra persona interesada en conocer la Anatomía del perro.
LOS AUTORES
¿Cómo utilizar el Atlas?
Índice
Músculos del cuello, del tronco y de la cola
----------M cutáneo del tronco
--Músculos de la columna vertebral
----------M esplenio
------Columna lateral
----------M iliocostal
------Columna intermedia
----------M longísimo
----------Mm intertransversos
------Columna medial: Sistema transversoespinoso
----------M espinal y semiespinal torácico y cervical
----------M semiespinal de la cabeza
----------Mm multífidos
----------Mm rotadores
----------Mm interespinales
----------Mm escalenos
----------M largo de la cabeza
----------M largo del cuello
----Músculos motores específicos de la cabeza
----------M recto dorsal mayor de la cabeza
----------M recto dorsal menor de la cabeza
----------M oblicuo craneal de la cabeza
----------M oblicuo caudal de la cabeza
----------M recto lateral de la cabeza
----------M recto ventral de la cabeza
--Músculos ventrales del cuello
----------M esternocefálico
----------M esternohioideo
----------M esternotiroideo
----------El espacio visceral del cuello
----------M serrato dorsal craneal
----------M serrato dorsal caudal
----------Mm intercostales externos
----------Mm intercostales internos
----------Mm elevadores de las costillas
----------Mm subcostales
----------M retractor de la costilla
----------M recto del tórax
----------M transverso del tórax
----------Diafragma
----------M oblicuo externo del abdomen
----------M oblicuo interno del abdomen
----------M transverso del abdomen
----------M recto del abdomen
----------Canal inguinal y anillos inguinales
----------Ligamento o arco inguinal. Lagunas muscular y vascular
----------Vaina del músculo recto del abdomen
-----Músculos que se originan en las vértebras
----------M sacrocaudal dorsal medial
----------M sacrocaudal dorsal lateral
----------M sacrocaudal ventral medial
----------M sacrocaudal ventral lateral
----------M intertransverso dorsal caudal
----------M intertransverso ventral caudal
-----Músculos que se originan en el coxal
----------M coccígeo
----------M elevador del ano
Músculos del cuello, del tronco y de la cola
Las partes laterales del tórax y del abdomen se encuentran cubiertas por el músculo cutáneo del tronco (figura 1a). Este músculo, delgado pero extenso, se encuentra situado inmediatamente bajo la piel entre las hojas de la fascia superficial del tronco y se extiende desde la región glútea y el pliegue del flanco, caudalmente, hasta la fascia medial del brazo y el músculo pectoral profundo, cranealmente. Su contracción tensa y contrae la piel. Está inervado por el nervio torácico lateral.
Los huesos del esqueleto axial (cráneo, vértebras, costillas, esternón), por otra parte, proporcionan una sólida base para la inserción de los músculos extrínsecos de los miembros torácico y pelviano. Dichos músculos contribuyen a fijar los miembros, en especial el miembro torácico, a las regiones axiales y hacen además posibles muchos de los movimientos de las extremidades. Además, los músculos extrínsecos, fundamentalmente los del miembro torácico, colaboran en la conformación del cuello y de las paredes torácicas, donde se disponen superficialmente cubriendo a varios grupos musculares situados más profundamente (figuras 2a, 2b, 2c, 2d, 2e, 2f) (ver también Músculos de los miembros del perro. Atlas virtual).
Precisamente, estos grupos de músculos más profundos son los que se disponen uniendo entre sí los diferentes huesos que conforman el esqueleto axial y participan por tanto en la construcción de las regiones axiales (figura 3a). Dichos músculos, que se sitúan en estrecha asociación con la columna vertebral, o que contribuyen a la formación de las paredes de las cavidades torácica y abdominal, tienen un gran significado en el soporte del peso o en el mantenimiento del equilibrio del animal, y desempeñan además un papel fundamental en la locomoción. Los músculos de las regiones axiales se pueden clasificar, siguiendo un punto de vista funcional y topográfico, en varios grupos:
Músculos de la columna vertebral
Los músculos de la columna vertebral se disponen estrechamente asociados a las vértebras. Algunos de ellos, los más superficiales, son alargados y se extienden una buena distancia a lo largo de la columna vertebral, si bien continúan uniéndose a los diferentes huesos sobre los que pasan mediante digitaciones musculares cortas o por medio de tendones y permitiendo así que la columna se comporte como una unidad funcional (figura 3c). Otros músculos, más cortos y también más profundos, cubiertos por los anteriores, se disponen entre vértebras más próximas o incluso entre vértebras contiguas (figura 4a).
En función de su posición los músculos de la columna se clasifican en dos grandes grupos: músculos epiaxiales y músculos hipoaxiales. Los primeros, más potentes y mucho más numerosos, se disponen dorsalmente a las apófisis transversas vertebrales; los segundos lo hacen ventralmente a las mismas (figura 7c).
Músculos
epiaxiales
Los músculos epiaxiales están situados dorsolateralmente
sobre la columna, ocupando el espacio entre las apófisis
espinosas y transversas de las vértebras lumbares, torácicas
y cervicales. Se extienden entre el sacro y el coxal, por un lado,
y el occipital por el otro. Su inervación corre a cargo
de los ramos dorsales de los nervios espinales. Actúan
como extensores y fijadores de la columna vertebral, si bien también
provocan movimientos de lateralización cuando se contraen
unilateralmente. Se encuentran cubiertos, a lo largo de toda la
región dorsal, por la fascia toracolumbar (figura 3a)
Los músculos epiaxiales tienen un grado de desarrollo y organización muy variable en función de la región en la que se disponen. De esta manera, en zonas de movilidad reducida, como es el caso de la región lumbar, se fusionan parcialmente dando lugar a una masa muscular común que, desde su origen en el sacro y el ilion, se prolonga cranealmente (figura 3c). A partir de la región lumbar craneal la masa muscular comienza a dividirse en tres bandas paralelas (columna lateral, columna intermedia, columna medial) que continúan longitudinalmente sobre las vértebras (figuras 3c, 15d) hasta alcanzar la región cervical. En la región torácica craneal y en el cuello, donde la movilidad es bastante más marcada, las columnas intermedia y medial aumentan su complejidad (figuras 15c, 15b) y su grado de división y de diferenciación para terminar insertándose finalmente en la cabeza. La columna lateral, sin embargo, no progresa cranealmente y acaba en la última vértebra cervical (figura 7c). La columna lateral está formada por el sistema del músculo iliocostal, la columna intermedia por el sistema del músculo longísimo, y la columna medial por el sistema transversoespinoso. Además, en la región cervical se encuentra el músculo esplenio, que es el más superficial del grupo y cubre por tanto al resto de músculos epiaxiales.
M esplenio (figura 10a)
El más superficial de los músculos epiaxiales es
un músculo potente que se encuentra cubierto por algunos
de los músculos de la cintura torácica (trapecio,
romboides, braquiocefálico, serrato ventral del cuello)
(figura 2c). Se origina
en la parte craneal de la fascia toracolumbar, en la apófisis
espinosa de las primeras vértebras torácicas y en
el rafe tendinoso medio del cuello. La inserción tiene
lugar en el hueso occipital (cresta nucal) y en la apófisis
mastoides del temporal.
Función: Extiende el cuello y eleva la cabeza. Si actúa
unilateralmente dirige el cuello y la cabeza lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios cervicales.
Columna
lateral
M
iliocostal (figuras 3b, 5a,
5b)
El músculo iliocostal es el representante de la columna
lateral de los músculos epiaxiales. Los fascículos
más caudales constituyen el músculo iliocostal lumbar,
mientras que los más craneales conforman el músculo
iliocostal torácico.
El punto de origen más caudal se encuentra en la cresta
iliaca y en la cara pélvica del ala del ilion. A partir
de aquí, los diferentes fascículos del músculo
se van originando, sucesivamente, en las apófisis transversas
de las vértebras lumbares y, por medio de la fascia que
le separa del músculo longísimo, también
en las apófisis espinosas; ya en la región de las
vértebras torácicas el origen tiene lugar en el
extremo vertebral de las costillas. Cada uno de los fascículos
salta sobre cuatro vértebras aproximadamente, de forma
que la inserción tiene lugar en las apófisis transversas
lumbares más craneales y en el ángulo de las costillas,
hasta llegar a la apófisis transversa de la 7ª vértebra
cervical. Sus fascículos, que se disponen solapándose
entre sí, se proyectan en dirección craneoventral
y lateral a partir de un origen caudodorsal y medial (figura 5b).
Función: Fija y estabiliza la columna vertebral en las
regiones lumbar y torácica. Colabora en la extensión
de la columna o, si actúa unilateralmente, la flexiona
lateralmente. Dado que desplaza caudalmente las costillas, colabora
en la espiración.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales torácicos
y lumbares.
Columna
intermedia
M
longísimo (figuras 3b, 3c,
6b, 11d,
5c, 7c)
El músculo longísimo es el más potente de
los músculos epiaxiales y el principal representante de
la columna intermedia. Recorre enteramente la columna vertebral,
desde el sacro y el ilion hasta el occipital. De acuerdo con su
posición se reconocen varias porciones: músculo
longísimo lumbar, músculo longísimo torácico,
músculo longísimo cervical y músculo longísimo
de la cabeza. Sus fascículos se encuentran fusionados en
gran parte en las regiones torácica y lumbar, lo que le
da un aspecto macizo y uniforme (figura 3b).
Por el contrario, los fascículos que conforman el músculo
longísimo cervical están claramente diferenciados
entre sí (figura 7c).
Su punto de origen más caudal se encuentra en la cresta
iliaca, en la cara pélvica del ala del ilion e incluso
en las apófisis espinosas sacras (figura 3c). Los diferentes fascículos del
músculo se van originando, sucesivamente, en las apófisis
espinosas, mamilares, accesorias y transversas de las vértebras.
Tras saltar sobre varias vértebras, cada uno de los fascículos
termina insertándose en las apófisis transversas,
accesorias y mamilares de las vértebras situadas más
cranealmente, así como en un área de las costillas
situada entre el tubérculo y el ángulo costal (tubérculo
del músculo longísimo, figura 5c); la parte más craneal, el músculo
longísimo de la cabeza, se inserta en la apófisis
mastoides del hueso temporal. Sus fascículos se disponen
solapándose entre sí y, al igual que ocurre con
el músculo iliocostal, se proyectan en dirección
craneoventral y lateral a partir de un origen caudodorsal y medial
(figuras 5c, 7c).
Función: estabiliza y extiende la columna. Levanta la cabeza
y el cuello. Si actúa unilateralmente flexiona la columna
lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm intertransversos
Son derivados profundos del músculo longísimo, por
lo que pueden incluirse dentro de la columna intermedia de músculos
epiaxiales. Se extienden entre apófisis transversas o también,
como ocurre en el cuello, entre articulares y transversas. Aunque
están presentes en las regiones lumbar y torácica
caudal, se encuentran mucho mejor desarrollados en la región
cervical, donde aparecen tres conjuntos musculares superpuestos
(figura 6c): Músculos
intertransversos cervicales dorsales, intermedios y ventrales.
Mm intertransversos cervicales dorsales (figuras 6c, 6d,
6e). Son varios fascículos
parcialmente fusionados entre sí que unen las apófisis
articulares craneales con las apófisis transversas de las
vértebras cervicales dispuestas más cranealmente,
si bien saltando sobre una vértebra antes de llegar al
punto de inserción. El fascículo más caudal
se origina en la primera vértebra torácica, mientras
que el más craneal se inserta en el ala del atlas.
Mm intertransversos cervicales intermedios (figuras 6d, 6e):
Son varios fascículos que unen las apófisis transversas
de las vértebras cervicales. El fascículo más
caudal se origina en la primera vértebra torácica,
mientras que el más craneal se inserta en el ala del atlas.
Mm intertransversos cervicales ventrales (figuras 6d, 6e):
Son varios fascículos que unen las apófisis transversas
de las vértebras cervicales. Se sitúan ventralmente
a los músculos intertransversos intermedios, entre la lámina
ventral de la 6ª vértebra cervical y la apófisis
transversa de la 2ª vértebra cervical.
Función: Estabilizan la columna cervical. Si actúan
unilateralmente mueven lateralmente el cuello
Inervación: Ramos dorsales y ventrales de los nervios cervicales.
Columna
medial: Sistema transversoespinoso
El sistema transversoespinoso constituye la columna medial de
músculos epiaxiales. Es también el más complejo
de los tres sistemas musculares que se disponen sobre la columna
vertebral. La dirección que toman los fascículos
musculares de la columna medial es diferente a la de las columnas
lateral o intermedia de músculos epiaxiales, ya que las
fibras se dirigen, desde un origen caudal, ventral y lateral,
hacia una inserción craneal, dorsal y medial; es decir,
como indica el nombre del sistema, los músculos se disponen
entre las apófisis transversas, o mamilares o articulares,
donde se originan, y las apófisis espinosas de vértebras
situadas más cranealmente, donde se insertan (figuras 7c, 7e).
Otros músculos de la columna medial pueden tomar una dirección
sagital, uniendo entre sí apófisis espinosas (figura
7e).
Algunos músculos del sistema son largos y saltan sobre varias vértebras: es el caso del músculo espinal y semiespinal torácico y cervical o del músculo semiespinal de la cabeza. Otros músculos, dispuestos más profundamente, son más cortos y unen vértebras adyacentes: músculos multífidos y rotadores.
M espinal
y semiespinal torácico y cervical
(figuras 5b, 7e, 7f)
Es un potente músculo que se extiende entre la región
lumbar craneal y el axis. Los fascículos de la parte espinal
del músculo, que están separados incompletamente,
saltan sobre varias vértebras y se disponen principalmente
uniendo apófisis espinosas. Los fascículos de la
parte semiespinal del músculo (figura 5d), que se encuentran en la región
torácica, se sitúan uniendo apófisis mamilares
con apófisis espinosas de vértebras más craneales.
Dado que las partes espinal y semiespinal son difícilmente
separables, y que el músculo situado en la región
dorsal se continúa con el de la región cervical,
todo el conjunto forma una unidad funcional a la que se la da
el nombre de músculo espinal y semiespinal torácico
y cervical.
Función: Extiende y estabiliza el dorso. Eleva el cuello.
Si actúa unilateralmente dirige el cuello y el dorso lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales
M semiespinal
de la cabeza (figura 7a)
El potente músculo semiespinal de la cabeza está
formado por dos músculos claramente separados: Músculo
digástrico del cuello (se dispone dorsomedialmente) y Músculo
complejo (se sitúa ventrolateralmente). Ambos músculos
unen las vértebras cervicales y las primeras vértebras
torácicas con el cráneo.
El M digástrico del cuello (figura 7d) se origina en las apófisis transversas
de las primeras vértebras torácicas y en el rafe
tendinoso medio de la región cervical dorsal. Se inserta
en la escama del occipital. Su vientre tiene varias inscripciones
tendinosas.
El M complejo (figura 7d)
se origina en las apófisis articulares caudales de las
vértebras cervicales y de la primera vértebra torácica.
Se inserta en la cresta nucal.
Función: Eleva la cabeza y el cuello. Si actúa unilateralmente
dirige hacia un lado la cabeza y el cuello.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm multífidos
Los músculos multífidos muestran una disposición
claramente segmentaria. Sus numerosos fascículos, que se
sitúan en capas superpuestas parcialmente y que saltan
sobre una o dos vértebras, unen las apófisis mamilares,
articulares o transversas de las vértebras con las apófisis
espinosas de las vértebras precedentes. Se extienden desde
el sacro hasta el axis, por lo que se pueden reconocer tres partes:
lumbar (figura 4a), torácica
(figuras 5d, 7g) y cervical (figuras 7e, 7g).
Función: Estabilizan la columna. En la región cervical
elevan el cuello y lo dirigen lateralmente si la contracción
es unilateral.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm rotadores
Los músculos rotadores se sitúan profundamente a
los músculos multífidos. Sólo aparecen en
la región torácica craneal, entre la 1ª y la
10ª vértebras, ya que más caudalmente la forma
y posición de las superficies de las apófisis articulares
no permiten los movimientos de rotación de la columna.
Se disponen entre las apófisis transversas vertebrales
y las apófisis espinosas de las vértebras precedentes.
Hay 8 músculos rotadores largos y 9 músculos rotadores
cortos.
Mm rotadores largos (figuras 5e,
5g): cada uno de ellos une
la apófisis transversa con la espinosa de una vértebra
anterior, pero saltando sobre un segmento.
Mm rotadores cortos (figuras 5f,
5g): cada uno de ellos une
la apófisis transversa de una vértebra con la espinosa
de la vértebra inmediatamente anterior. Se disponen profundamente
a los músculos rotadores largos.
Función: Rotan la parte craneal de la columna torácica.
La acción bilateral estabiliza la columna.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm interespinales
Se disponen entre apófisis espinosas adyacentes. Se sitúan
profundamente al músculo espinal y semiespinal torácico
y cervical. Se encuentran en las regiones lumbar, torácica
y cervical caudal (figuras 5f,
7h).
Función: Estabilizan la columna vertebral.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Músculos
hipoaxiales
Los músculos hipoaxiales se relacionan ventralmente con
la columna vertebral. Su número y su tamaño es reducido
si se comparan con los músculos epiaxiales (figura 7c). Se encuentran en las regiones
lumbar y cervical, estando ausentes en la mayor parte de la columna
vertebral torácica. Su inervación corre a cargo
de los ramos ventrales de los nervios espinales. Actúan
como flexores y fijadores de la columna vertebral, si bien también
provocan movimientos de lateralización cuando se contraen
unilateralmente.
Los músculos hipoaxiales de la región lumbar, también llamados músculos sublumbares, en virtud de sus inserciones en el coxal y en el fémur se incluyen en el grupo de músculos de la cintura pélvica (figuras 13a, 13b, 13c) y se estudian por tanto junto a los músculos del miembro pelviano (ver también Músculos de los miembros del perro. Atlas virtual). A continuación se estudiarán por tanto únicamente los músculos hipoaxiales de la región cervical.
Mm escalenos (figuras 6a,
11d)
Los músculos escalenos se disponen entre las apófisis
transversas cervicales y las primeras costillas. Se diferencian
el músculo escaleno dorsal y el músculo escaleno
medio.
M escaleno dorsal (figura 11d).
Está formado por un par de bandas musculares que se sitúan
sobre las costillas más craneales. La banda más
ventral se origina en la costilla 8 ó 9. La otra banda
lo hace en las costillas 3 ó 4. Ambas bandas convergen
cranealmente y se insertan en las apófisis transversas
de las vértebras cervicales 5ª a 3ª.
M escaleno medio. Se origina, mediante tres fascículos
parcialmente separados, en el borde craneal de la 1ª costilla.
El fascículo más superficial se inserta en la apófisis
transversa de la vértebra 4C (figura 7a), mientras que los más profundos
sólo llegan hasta las vértebras 7 y 6C (figura 7b).
Función: Flexionan el cuello, o lo dirigen lateralmente
si la contracción es unilateral. Se comportan como auxiliares
de la inspiración, ya que mueven cranealmente las primeras
costillas cuando el cuello está fijo.
Inervación: Ramos ventrales de los últimos nervios
cervicales y primeros nervios torácicos.
M largo
de la cabeza (figuras 2f, 6a,
6f, 10b)
Se origina en el área ventromedial de las apófisis
transversas de las vértebras cervicales y se inserta en
el tubérculo muscular de la parte basilar del occipital
(figura 8a).
Función: flexiona la parte craneal del cuello y la articulación
atlantooccipital, por lo que desciende la cabeza.
Inervación: ramos ventrales de los nervios cervicales I
a VI.
M largo
del cuello (figuras 7e, 8a)
Discurre medial y paralelo al músculo largo de la cabeza.
Está formado por diferentes fascículos que se disponen
bajo los cuerpos de las primeras vértebras torácicas
y de las vértebras cervicales. La parte torácica
del músculo (figura 7c)
se origina en la superficie ventral de los cuerpos de las seis
primeras vértebras torácicas; desde su origen, los
vientres divergen cranealmente para insertarse conjuntamente en
la lámina ventral de la 6ª vértebra cervical.
La parte cervical tiene cuatro vientres que se originan sucesivamente
en las apófisis transversas de las vértebras C6
a C3. Desde sus orígenes los fascículos se dirigen
cranealmente para insertarse en la cresta ventral de las vértebras
precedentes, llegando el vientre más craneal al tubérculo
ventral del atlas (figura 8b).
Función: Flexiona el cuello
Inervación: Ramos ventrales de los nervios cervicales.
Músculos
motores específicos de la cabeza
El atlas y el axis, así como las articulaciones atlantooccipital
y atlantoaxial, están estrechamente relacionados con un
reducido grupo muscular que es el responsable de los movimientos
especializados que ocurren en esa región. Esos músculos,
que actúan específicamente sobre la cabeza, discurren
entre las vértebras cervicales más craneales y el
hueso occipital (figura 9b).
Su contracción es la causante de iniciar el movimiento
a ese nivel y provoca pequeños cambios en la posición
de la cabeza al actuar sobre las articulaciones atlantoaxial y
atlantooccipital. Lógicamente, para llevar a cabo movimientos
más amplios y bastos de la cabeza se requiere la actuación
de los largos y potentes músculos del cuello que se insertan
en el cráneo (músculos esternocefálico, braquiocefálico,
esplenio, longísimo de la cabeza, semiespinal de la cabeza,
etc).
El grupo de músculos motores específicos de la cabeza está formado por los dos músculos rectos dorsales, los músculos oblicuos craneal y caudal y los músculos rectos lateral y ventral.
M recto
dorsal mayor de la cabeza (figuras
6c, 9a,
9c, 9d,
9e)
Presenta dos partes claramente diferenciadas: la parte superficial
se origina en la zona caudal de la apófisis espinosa del
axis y la parte profunda (también llamada M recto dorsal
intermedio de la cabeza) lo hace en la zona craneal de la misma
(figuras 9c, 9f). Ambas porciones pasan sobre el arco dorsal
del atlas y se insertan conjuntamente en la parte escamosa del
occipital.
Función: Es un extensor de la articulación atlantooccipital,
por lo que eleva la cabeza.
Inervación: Ramo dorsal del nervio cervical I.
M recto
dorsal menor de la cabeza (figuras
9c, 9g)
Se origina en el borde craneal del arco dorsal del atlas y se
inserta en la parte escamosa del occipital, sobre el agujero magno.
Función: Es un extensor de la articulación atlantooccipital,
por lo que eleva la cabeza
Inervación: Ramo dorsal del nervio cervical I.
M oblicuo
craneal de la cabeza (figuras
9b, 9e,
9h)
Se origina en el borde lateral del ala del atlas, desde donde
se dirige dorsomedialmente para insertarse en la cresta nucal
y en la apófisis mastoides del temporal.
Función: Es un extensor de la articulación atlantooccipital,
por lo que eleva la cabeza; actuando unilateralmente inclina la
cabeza hacia el lado correspondiente.
Inervación: Ramo dorsal del nervio cervical I.
M oblicuo
caudal de la cabeza (figuras 9b, 9g)
Se origina a lo largo de la apófisis espinosa del axis,
desde donde se dirige craneolateralmente para insertarse en el
ala del atlas.
Función: Actuando unilateralmente provoca el giro del atlas,
y también de la cabeza, alrededor del diente del axis.
Si se contrae bilateralmente fija la articulación atlantoaxial.
Inervación: Ramo dorsal del nervio cervical II.
M recto
lateral de la cabeza (figuras
8a, 9i)
Es un pequeño músculo que se origina en el arco
ventral del atlas y se inserta en la apófisis paracondilar
del occipital.
Función: Flexiona la articulación atlantooccipital
e inclina la cabeza oblicuamente.
Inervación: Ramo ventral del nervio cervical I.
M recto
ventral de la cabeza (figura 9i)
Se origina en el arco ventral del atlas y se inserta en la parte
basilar del occipital.
Función: Flexiona la articulación atlantooccipital.
Inervación: Ramo ventral del nervio cervical I.
La región ventral del cuello está conformada por varios grupos musculares. Los músculos que se disponen estrechamente asociados a la parte ventral de las vértebras cervicales (largo del cuello, largo de la cabeza, escalenos), y que están incluidos dentro del grupo de los músculos hipoaxiales, ya han sido estudiados. Otros músculos, más superficiales, pertenecen al grupo de músculos extrínsecos del miembro torácico (braquiocefálico, omotransverso) y han sido estudiados igualmente (ver Músculos de los miembros del perro. Atlas virtual).
En este apartado se estudiará un tercer grupo muscular, el que incluye a los músculos hioideos largos (esternohioideo y esternotiroideo), caracterizados por su estrecha relación con la tráquea y por actuar desplazando caudalmente el hioides. El músculo esternocefálico, aunque desde el punto de vista filogenético está relacionado con los músculos extrínsecos del miembro torácico, también se estudiará aquí.
M esternocefálico (figuras 2a,
2c, 2d,
10a)
Se origina, conjuntamente con el músculo contralateral,
en el manubrio del esternón. Según asciende hacia
la cabeza va divergiendo del músculo del otro lado y se
divide en dos partes: mastoidea y occipital. La parte occipital,
que es más superficial, se inserta en la cresta nucal (figuras
2a, 2c).
La parte mastoidea, más profunda (figuras 2d, 10a),
lo hace en la apófisis mastoides del temporal.
Función: Flexiona el cuello y desciende la cabeza. Si actúa
unilateralmente desvía la cabeza y el cuello hacia el lado
correspondiente.
Inervación: Ramo ventral del nervio accesorio y ramos ventrales
de los nervios cervicales.
M esternohioideo (figuras 2f,
6b, 9b,
10b, 10c)
Se dispone ventralmente en el cuello y estrechamente asociado
a la tráquea. Se origina en el manubrio del esternón
y en el primer cartílago costal y se inserta en el basihioides.
Función: Provoca la retracción caudal del hioides
y de las estructuras asociadas con éste (laringe, faringe,
lengua) (figura 15k), interviniendo
en la fase final de la deglución.
Inervación: Ramo ventral del nervio cervical I.
M esternotiroideo (figuras 6b,
9b, 10b)
Se dispone lateralmente a la tráquea. Se origina, junto
al músculo esternohioideo, en el manubrio del esternón
y en el primer cartílago costal. La inserción tiene
lugar en el cartílago tiroides de la laringe.
Función: Forma una unidad funcional con el músculo
esternohioideo, provocando igualmente la retracción caudal
del hioides y de sus estructuras asociadas e interviniendo en
la deglución.
Inervación: Ramo ventral del nervio cervical I.
El espacio
visceral del cuello (figuras
15a, 15b)
La región ventral del cuello está recorrida por
importantes estructuras viscerales, vasculares y nerviosas que
discurren entre la cabeza y la cavidad torácica. Estos
elementos, entre los que se encuentran la tráquea, el esófago,
la arteria carótida común, el tronco vagosimpático,
el nervio laríngico recurrente o el tronco traqueal están
rodeados por diferentes dependencias de la fascia cervical y se
sitúan en el llamado espacio visceral del cuello. En la
parte craneal del espacio visceral se alojan también las
glándulas tiroides y paratiroides.
El espacio visceral del cuello está delimitado por diversos
músculos (figura 15a).
El techo está constituido por los músculos inmediatamente
ventrales a las vértebras cervicales (largo del cuello,
largo de la cabeza). Los músculos cleidocefálico
y esternocefálico forman la pared lateral del espacio.
El suelo del espacio está formado por los músculos
esternohioideo y esternotiroideo.
Los músculos que conforman las paredes torácicas están relacionados activamente con los mecanismos de expansión y compresión de la cavidad torácica. De acuerdo con su función, los músculos torácicos (figura 3a) son inspiradores o espiradores. Los primeros, por su origen, disposición e inserción, mueven las costillas hacia delante y lateralmente, consiguiendo así un aumento en el tamaño de la cavidad torácica. Los músculos espiradores, por el contrario, mueven las costillas caudal y medialmente, por lo que reducen el tamaño de la cavidad torácica. El aumento del volumen torácico también se consigue reduciendo la convexidad de la cúpula diafragmática. En este sentido, el diafragma, músculo que se dispone internamente separando las cavidades torácica y abdominal (figura 11k), es el más eficaz músculo inspirador. Entre los músculos inspiradores, además del diafragma, se incluyen los músculos serrato dorsal craneal, intercostales externos, elevadores de las costillas y recto del tórax. En el grupo de los espiradores están los músculos intercostales internos, serrato dorsal caudal y transverso del tórax.
Además de los músculos propios de las paredes del tórax, otros músculos pertenecientes a otros grupos tienen también inserciones en las costillas y pueden colaborar por tanto, en uno u otro sentido, en los cambios de tamaño que experimenta la cavidad torácica. Entre los músculos que colaboran en la inspiración se encuentran el serrato ventral torácico (figura 2e) o los escalenos. Entre los que colaboran en la espiración están los músculos abdominales o el músculo iliocostal (figura 5b).
M serrato
dorsal craneal (figuras 2e, 11b,
11d)
Su origen, en forma de aponeurosis, tiene lugar en la fascia toracolumbar
y, por medio de ésta, en el ligamento supraespinoso y en
las apófisis espinosas de las primeras vértebras
torácicas. Sus fibras se orientan caudoventralmente para
terminar insertándose mediante varias digitaciones en el
borde craneal y en la superficie lateral de las costillas 2ª
ó 3ª hasta la 9ª ó 10ª.
Función: Mueve las costillas cranealmente, por lo que colabora
en la inspiración.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
M serrato
dorsal caudal (figura 11b)
Se origina, por medio de una aponeurosis, en la fascia toracolumbar.
Sus fibras forman tres o cuatro digitaciones que se dirigen craneoventralmente
hasta insertarse en el borde caudal de las costillas 11 a 13.
Función: Mueve las costillas caudalmente, por lo que colabora
en la espiración.
Inervación: Ramos de los últimos nervios intercostales.
Mm intercostales
externos (figuras 2e, 11b,
5a, 11e)
Los músculos intercostales ocupan los espacios intercostales.
Los músculos intercostales externos, que son los más
potentes, se originan en el borde caudal de cada costilla. Sus
fibras se dirigen caudoventralmente para insertarse en el borde
craneal de la costilla siguiente.
Función: Actúan durante la inspiración.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
Mm intercostales
internos (figuras 11d, 11e,
11f)
Los músculos intercostales internos, más delgados
que los externos, están cubiertos por éstos. Se
originan en el borde craneal de cada costilla, desde donde se
dirigen craneoventralmente para insertarse en el borde caudal
de la costilla anterior.
Función: Actúan durante la espiración.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
Mm elevadores
de las costillas (figuras 11e, 11f,
11g)
Los músculos elevadores de las costillas, que ocupan la
parte proximal de los espacios intercostales, se originan en las
apófisis transversas de las vértebras torácicas.
Sus fibras se dirigen caudoventralmente hacia su inserción
en el borde craneal de la costilla siguiente, en el área
próxima al ángulo costal.
Función: Actúan durante la inspiración, dirigiendo
las costillas cranealmente.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
Mm subcostales (figura 11h)
Se encuentran, cubiertos por los músculos intercostales
internos, en la parte proximal de los últimos espacios
intercostales. Sus fibras, que unen la cara interna de las últimas
costillas, toman una dirección craneoventral.
Función: Colaboran en la espiración.
Inervación: Últimos nervios intercostales.
M retractor
de la costilla (figura 11h)
El músculo retractor de la costilla, que está cubierto
por el músculo transverso del abdomen, se origina en las
apófisis transversas de las primeras vértebras lumbares.
Sus fibras discurren craneoventralmente hacia su inserción
en el borde caudal de la última costilla.
Función: Colabora en la espiración.
Inervación: Último nervio intercostal (nervio costoabdominal).
M recto
del tórax (figura 11b)
Se origina en la primera costilla y se inserta en los cartílagos
costales 2º a 4º.
Función: Colabora en la inspiración.
Inervación: Primeros nervios intercostales.
M transverso
del tórax (figuras 11i, 11j)
El músculo transverso del tórax se dispone sobre
las superficies internas del esternón y de los cartílagos
costales. Su origen tiene lugar a lo largo de la superficie dorsal
del esternón. Sus fibras se dirigen transversalmente hasta
insertarse en la cara interna de los cartílagos costales
y en las articulaciones costocondrales de las costillas verdaderas.
Función: Colabora en la espiración.
Inervación: Nervios intercostales.
Diafragma (figuras 11k,
11l, 11m, 11n,
11o, 11p, 11q)
El diafragma es un músculo que separa las cavidades torácica
y abdominal. Está formado por una porción periférica
de tejido muscular, desde donde las fibras musculares irradian
y convergen en una porción fibrosa central (figura 11p). Esta porción fibrosa,
denominada centro tendinoso, está formada por un
área central y dos prolongaciones que se extienden dorsalmente.
La porción muscular consta de las partes lumbar, costal
y esternal. La parte lumbar está formada por los
dos pilares (izquierdo y derecho) del diafragma. Ambos pilares
se originan mediante fuertes tendones en la superficie ventral
de los cuerpos de las primeras vértebras lumbares, y las
fibras que los conforman terminan en el área dorsal del
centro tendinoso (figura 11q).
Los pilares son asimétricos, siendo el derecho más
grande que el izquierdo.
La parte costal está formada por varias digitaciones
que se originan en la cara interna de las últimas costillas.
La digitación más caudal procede del extremo dorsal
de la costilla 13ª. Desde aquí, la línea de
origen se va haciendo sucesivamente más ventral hasta llegar
a la digitación más craneal, que se origina en la
parte ventral del cartílago de la 8ª ó 9ª
costilla (figura 11m). Las
fibras de la parte costal del diafragma terminan insertándose
en el área lateral del centro tendinoso (figura 11p).
La digitación más craneal de la parte costal se
continúa con la parte esternal, que se origina en
la superficie dorsal del cartílago xifoides del esternón.
Las fibras musculares se dirigen dorsalmente para terminar en
el área ventral del centro tendinoso (figura 11p).
El diafragma tiene forma de cúpula
que se proyecta hacia la cavidad torácica; es decir, que
su superficie craneal, o torácica, es convexa mientras
que la superficie caudal, o abdominal, es cóncava (figuras
11k, 11l). El extremo craneal de la cúpula
diafragmática alcanza, cuando el músculo está
relajado, el nivel de la 6ª costilla (figura 11m). Esta disposición conlleva que
la cavidad abdominal se proyecte bajo las costillas, dando lugar
a la porción intratorácica de la cavidad abdominal
(figuras 11n, 11o), donde se alojan importantes órganos
abdominales (hígado, estómago, etc.).
El diafragma está perforado por tres orificios (figuras
11p, 11q). El más dorsal es el hiato
aórtico, que se sitúa entre los dos pilares
diafragmáticos (figura 15e)
y permite el paso de la aorta, la vena ácigos y el conducto
torácico. Más ventralmente, atravesando el pilar
derecho, se dispone el hiato esofágico; el esófago
y los troncos vagales dorsal y ventral pasan a su través.
El agujero de la vena cava caudal se sitúa en el
centro tendinoso; por él pasa la vena cava caudal.
Función: La contracción
del diafragma conlleva una reducción de la convexidad de
la cúpula diafragmática y, por tanto, el aumento
de volumen de la cavidad torácica. El diafragma es pues
un importante músculo inspirador. Lógicamente, el
aplanamiento del diafragma y el aumento de tamaño del tórax
ocurren a expensas de las vísceras abdominales, que son
desplazadas caudalmente. Durante la espiración el diafragma
se relaja, con lo que las vísceras abdominales lo empujan
cranealmente, la forma de cúpula se recupera y el volumen
de la cavidad torácica se reduce.
Inervación: Nervios frénicos izquierdo y derecho.
Los músculos abdominales y sus aponeurosis constituyen una unidad funcional que forma el soporte fibromuscular de las paredes lateral y ventral del abdomen (figuras 15f, 15g). Son cuatro los músculos implicados en la construcción de la pared abdominal. Los tres anchos músculos de la pared lateral del abdomen (oblicuo externo, oblicuo interno y transverso del abdomen) se originan en las regiones torácicas, lumbares y pélvicas. Sus fibras se entrecruzan y terminan en aponeurosis que acaban principalmente en la línea alba. La línea alba es un cordón fibroso que recorre la línea ventral media desde el cartílago xifoides del esternón hasta el tendón prepúbico y el borde craneal del pubis (figuras 12f, 15g). Un cuarto músculo, el recto del abdomen, toma una dirección sagital a lo largo del suelo de la cavidad abdominal, entre el esternón y la pelvis.
Una de las funciones principales de los músculos abdominales es la de soportar el considerable peso de las vísceras abdominales. En este sentido, la flexibilidad de las inserciones musculares (línea alba, ligamento inguinal, tendón prepúbico) permite la adaptación de la pared abdominal al volumen variable de las vísceras (por ejemplo, tras la ingestión de alimento o durante la gestación). Los músculos del abdomen actúan además en acciones como la defecación, la micción o el parto, produciendo presión sobre los órganos abdominales y pélvicos y sus contenidos. Pueden actuar también como espiradores, presionando las vísceras abdominales y el diafragma relajado cranealmente, y dirigiendo las costillas caudalmente, lo que reduce el volumen de la cavidad torácica. Los músculos abdominales desempeñan también un papel importante en la construcción del tronco. Al formar una conexión fuerte y flexible entre el tórax, la región lumbar y la cintura pélvica contribuyen a estabilizar la columna vertebral. Participan en la locomoción, ya que flexionan la columna vertebral al dirigir cranealmente la pelvis y los miembros posteriores cuando el animal corre.
Por otra parte, se ha de recordar que otro grupo de músculos, situados ventralmente a las vértebras lumbares, forman el techo de la cavidad abdominal (figuras 15f, 15g). Estos músculos (psoas mayor, psoas menor, cuadrado lumbar), también llamados músculos sublumbares, se incluyen en el grupo de músculos de la cintura pélvica (figuras 13a, 13b, 13c) y se estudian por tanto junto a los músculos del miembro pelviano (ver también Músculos de los miembros del perro. Atlas virtual).
M oblicuo
externo del abdomen (figuras 2b, 11a,
12a, 12b)
Se origina mediante digitaciones en la cara lateral de las costillas
(a excepción de las cuatro o cinco primeras) y, caudalmente
a la última costilla, en la fascia toracolumbar. Además
de contribuir a la formación de la pared abdominal lateral,
interviene pues de forma importante en la constitución
de la pared torácica (figura 11a).
Sus fibras se dirigen caudoventralmente y se continúan
por medio de una aponeurosis que se divide parcialmente poco antes
de su inserción. La parte abdominal de la aponeurosis se
inserta en la línea alba y en el tendón prepúbico,
mientras que la parte pélvica de la aponeurosis lo hace
en el arco inguinal (o ligamento inguinal) (figuras 12a, 12b).
La pequeña hendidura que queda entra las dos partes de
la aponeurosis del músculo oblicuo externo es el anillo
inguinal superficial, que es la abertura externa del canal inguinal.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos 8 ó 9 nervios intercostales,
nervio costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal
y caudal y nervio ilioinguinal.
M oblicuo
interno del abdomen (figuras 11c, 12c)
Se origina en la tuberosidad coxal, en el ligamento inguinal y
en la fascia toracolumbar. Sus fibras se dirigen craneoventralmente,
por lo que forman un ángulo recto con las fibras del músculo
oblicuo externo del abdomen (figura 12a).
El vientre muscular se continúa mediante una aponeurosis
que termina insertándose en la línea alba; el músculo
también presenta inserciones en la última costilla
y en el arco costal.
El músculo cremáster es un pequeño fascículo
muscular que, en el caso del macho, se desprende del borde caudal
del músculo oblicuo interno para pasar por el canal inguinal
y disponerse estrechamente asociado a la túnica vaginal
y al cordón espermático hasta finalizar en las envolturas
testiculares.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos nervios intercostales, nervio
costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal y caudal
y nervio ilioinguinal.
M transverso
del abdomen (figuras 3b, 12d,
12f)
Es el más interno de los tres músculos que constituyen
la pared abdominal lateral. Se origina en la tuberosidad coxal,
en las apófisis transversas de las vértebras lumbares
y en la superficie interna de las últimas costillas y de
los cartílagos costales (figura 12e).
Sus fibras, que discurren siguiendo una dirección vertical,
se continúan por medio de una aponeurosis que termina insertándose
en la línea alba.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos nervios intercostales, nervio
costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal y caudal
y nervio ilioinguinal.
M recto
del abdomen (figuras 3a, 3b,
12d, 12f)
El músculo recto del abdomen se dispone ventralmente formando
el suelo de la cavidad abdominal. Se origina en los cartílagos
costales de las costillas verdaderas (de la 5ª a la 8ª)
y en la superficie lateral del esternón. Sus fibras siguen
una dirección sagital y se insertan, por medio del tendón
prepúbico, en el borde craneal del pubis. Su vientre, que
presenta varias intersecciones tendinosas, está situado
dentro de una vaina aponeurótica (vaina del músculo
recto del abdomen) formada por las aponeurosis de inserción
de los otros tres músculos abdominales.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos nervios intercostales, nervio
costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal y caudal
y nervio ilioinguinal.
Canal
inguinal y anillos inguinales
El canal inguinal es un paso a través de la parte caudal
de la pared abdominal que comunica la cavidad abdominal con el
área subcutánea de la región inguinal. La
aponeurosis del músculo oblicuo externo forma la pared
lateral del canal inguinal (figura 12g),
mientras que los vientres de los músculos oblicuo interno
y recto del abdomen forman la pared medial (figura 12i). El músculo transverso del abdomen
no participa en la constitución del canal inguinal, dado
que no alcanza la parte más caudal de la pared abdominal
(figura 12d). El anillo
inguinal superficial es la abertura externa del canal inguinal.
Es un ojal abierto en la aponeurosis del músculo oblicuo
externo. La parte pélvica de la aponeurosis forma el pilar
lateral del anillo y la parte abdominal forma el pilar medial
(figura 12g). El anillo
inguinal profundo tiene unos límites algo menos precisos.
Se dispone entre el borde caudal del músculo oblicuo interno,
cranealmente, y el ligamento inguinal, caudalmente (figura 12j).
El canal inguinal, que tiene escasos centímetros de longitud,
permite el paso de diversas estructuras. En el caso de la hembra
por el canal inguinal discurre el proceso vaginal del peritoneo
(es una evaginación, en forma de saco, del peritoneo que
reviste la cavidad abdominal) (figura 12h).
En el macho, el canal inguinal está atravesado por el cordón
espermático y su cubierta peritoneal (túnica vaginal).
Tanto en el macho como en la hembra, por el canal inguinal pasan
también los vasos pudendos externos y el nervio genitofemoral
(figuras 12j, 12k).
Ligamento
o arco inguinal. Lagunas muscular y vascular
El ligamento inguinal, o arco inguinal, contribuye al cierre del
espacio potencial que existe entre las paredes abdominal y pélvica.
Se origina en la tuberosidad coxal y, tras pasar sobre el músculo
iliopsoas, termina cerca de la eminencia iliopúbica del
coxal, donde se confunde y continúa con el tendón
prepúbico. El ligamento inguinal permite la inserción
de la aponeurosis del músculo oblicuo externo (figura 12b) y el origen de buena parte
del músculo oblicuo interno (figura 12c). Sirve también de inserción
caudal a la fascia transversa, que cubre la superficie interna
del músculo transverso del abdomen (figura 12d).
El ligamento inguinal forma el borde caudal del anillo inguinal
profundo (figura 12j). En
el espacio que queda caudalmente al ligamento inguinal, entre
éste y el borde craneal del ilion, se encuentran la laguna
muscular y la laguna vascular (figuras 12b,
12j). La laguna muscular
es el espacio que permite el paso del músculo iliopsoas
en su trayecto desde el techo de la cavidad abdominal hacia su
inserción en el trocánter menor del fémur;
el músculo iliopsoas discurre acompañado por el
nervio femoral. La laguna vascular, dispuesta caudomedialmente
a la laguna muscular, permite el paso de la arteria y vena femorales
en su trayecto hacia la cara medial del muslo.
Vaina
del músculo recto del abdomen
La vaina del músculo recto, formada por las aponeurosis
de los tres músculos de la pared abdominal lateral, envuelve
al músculo recto del abdomen. Tiene una lámina externa
y una lámina interna. La lámina externa está
formada por las aponeurosis de los músculos oblicuo externo
y oblicuo interno del abdomen (figuras 3a,
12c), mientras que la lámina
interna de la vaina lo está por la aponeurosis del músculo
transverso del abdomen (figuras 12e,
12f). Ambas láminas
acaban uniéndose en la línea alba (figura 12f).
Esta disposición, que aparece a lo largo de la mayor parte
del vientre del músculo recto del abdomen, presenta modificaciones
en zonas concretas. Así, cranealmente al ombligo, la aponeurosis
del músculo oblicuo interno se desdobla y su hoja interna
también participa en la formación de la lámina
interna de la vaina. Por otra parte, en la región inguinal,
la aponeurosis del músculo transverso del abdomen pasa
a formar parte de la lámina externa de la vaina, con lo
que la lámina interna queda sin componente aponeurótico
(sólo la fascia transversa y el peritoneo parietal cubren
internamente, a ese nivel, al músculo recto del abdomen)
(figuras 12d, 12e, 12f).
La cola es capaz de realizar amplios movimientos. En el caso de los carnívoros, además, donde los músculos de la cola y sus tendones están muy bien diferenciados, los movimientos pueden alcanzar una cierta precisión. Ello se debe a que la cola tiene importantes funciones biológicas. Sus movimientos frecuentemente expresan emociones y llevan a la cola a actuar como un indicador de la conducta social y sexual del animal. La cola contribuye además a estabilizar la columna vertebral y participa en el equilibrio del tronco. En función de su lugar de origen los músculos de la cola se clasifican en dos grupos, los que se originan en la columna vertebral y los que lo hacen en el coxal (figura 14a).
Músculos
que se originan en las vértebras
Este grupo está formado por músculos alargados que
discurren dorsal, lateral y ventralmente a lo largo de las vértebras
caudales (figura 15j). Su
origen más craneal tiene lugar en las vértebras
lumbares y en el sacro. Buena parte de ellos son una continuación
directa de los largos músculos asociados a la columna vertebral
dispuestos más cranealmente.
M sacrocaudal
dorsal medial (figuras 14d, 14e)
Es la continuación caudal del grupo de músculos
multífidos. Está formado por numerosos fascículos
que, comenzando en la última vértebra lumbar, se
van originando en las apófisis espinosas vertebrales sacras
y caudales. Cada fascículo salta sobre varias vértebras
para terminar insertándose en las apófisis mamilares
de las vértebras dispuestas más caudalmente. Conforme
el músculo se aproxima al extremo de la cola los segmentos
se vuelven progresivamente más cortos y están peor
desarrollados.
Función: Dirige la cola dorsalmente o, actuando unilateralmente,
la eleva hacia un lado.
Inervación: Ramos dorsales de los últimos nervios
sacros y de los nervios caudales.
M sacrocaudal
dorsal lateral (figuras 14d, 14e,
14b, 14c)
Es la continuación caudal del músculo longísimo.
Tiene su origen en las apófisis mamilares de las vértebras
lumbares, en las apófisis articulares del sacro y en las
apófisis mamilares de las primeras vértebras caudales.
Su vientre muscular da lugar a numerosos tendones, largos y delgados,
que se van insertando en las apófisis mamilares de las
vértebras caudales desde la quinta hasta la última.
Función: Dirige la cola dorsalmente o, actuando unilateralmente,
la eleva hacia un lado.
Inervación: Ramos dorsales de los últimos nervios
sacros y de los nervios caudales.
M sacrocaudal
ventral medial (figura 14f)
Discurre ventralmente a lo largo de las vértebras caudales
hasta el extremo de la cola. Se origina en la superficie ventral
de las vértebras caudales y se inserta en las apófisis
hemales, o en sus restos, de las vértebras dispuestas más
caudalmente.
Función: Deprime la cola o, si actúa unilateralmente,
la mueve hacia un lado.
Inervación: Ramos ventrales de los nervios caudales.
M sacrocaudal
ventral lateral (figuras 14c, 14f)
Está constituido por fascículos que se originan
en las superficies ventrales de la vértebra L7, del sacro
y de las primeras vértebras caudales. Su vientre muscular
da lugar a numerosos tendones, largos y delgados, que se van insertando
en las apófisis hemales, o en sus restos, de las vértebras
caudales, desde la sexta hasta la última. Los tendones
de inserción terminan conjuntamente con los del músculo
sacrocaudal ventral medial.
Función: Deprime la cola o, si actúa unilateralmente,
la mueve hacia un lado.
Inervación: Ramos ventrales de los nervios sacros y caudales.
M intertransverso
dorsal caudal (figuras 14a, 14d)
Se sitúa dorsalmente a las apófisis transversas
caudales. Está formado por diversos fascículos que
se originan sucesivamente en los ligamentos sacroiliacos dorsales,
en la cresta sacra lateral y en las apófisis transversas
de las vértebras caudales. Los fascículos, que se
van haciendo progresivamente más pequeños hasta
incluso desaparecer en la mitad caudal de la cola, se insertan
en las apófisis transversas de vértebras situadas
más caudalmente.
Función: Mueve la cola lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los últimos nervios
sacros y de los nervios caudales.
M intertransverso
ventral caudal (figura 14a)
Se sitúa ventralmente a las apófisis transversas
caudales. Se extiende desde la tercera vértebra caudal
hasta el extremo de la cola, y está formado por fascículos
que se originan en apófisis transversas y se insertan en
apófisis transversas de vértebras más caudales.
Función: Mueve la cola lateralmente.
Inervación: Ramos ventrales de los últimos nervios
sacros y de los nervios caudales.
Músculos
que se originan en el coxal
Los músculos de la cola que se originan en el coxal forman
parte de la pared que cierra lateral y caudalmente la cavidad
pélvica (figuras 14a,
14h, 14i, 15i).
Por este motivo, los dos músculos del grupo (coccígeo
y elevador del ano) son también conocidos como músculos
del diafragma pélvico. Entre los vientres de los músculos
de ambos lados corporales discurren las vísceras pélvicas
(parte caudal del recto y canal anal, vagina en el caso de la
hembra, uretra).
M coccígeo (figuras 12b,
14a, 14h, 13b)
Se origina en la espina isquiática y se inserta en las
apófisis transversas de las primeras vértebras caudales,
entre los músculos intertransversos caudales dorsal y ventral.
Función: Dirige la cola lateralmente, si la contracción
es unilateral, y la deprime cuando la contracción es bilateral.
Inervación: Ramos ventrales de los últimos nervios
sacros
M elevador
del ano (figuras 12b, 14a,
14g, 14h, 14i)
El músculo elevador del ano se dispone medialmente al músculo
coccígeo. Su vientre, que tiene un amplio origen, está
dividido en dos partes: el músculo iliocaudal, que
se origina en la superficie interna del ilion, y el músculo
pubocaudal, que lo hace en la superficie interna del pubis
y a lo largo de la sínfisis pélvica. El nervio obturador
pasa entre ambos vientres musculares (figura 14g). La inserción se lleva a cabo
conjuntamente en las apófisis hemales de las vértebras
caudales, entre la 4ª y la 7ª, si bien algunas de sus
fibras también terminan en la fascia que cubre al músculo
esfínter externo del ano.
Función: Es similar a la del músculo coccígeo.
Contribuye además a fijar la posición del ano y
comprime el recto y el canal anal durante la defecación.
Inervación: Ramos ventrales de los últimos nervios
sacros.
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